La importancia de Taiwán en el mercado de los chips y los impactos de una interrupción en la producción

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Los chips, también conocidos como semiconductores, son componentes fundamentales en la industria electrónica moderna. Están fabricados con materiales semiconductores como el silicio y pueden conducir electricidad de manera controlada. Esto significa que pueden utilizarse para procesar información, almacenar datos y controlar el funcionamiento de dispositivos electrónicos.

Los chips se encuentran en una amplia variedad de productos, desde teléfonos inteligentes y computadoras hasta electrodomésticos, vehículos y equipos médicos. Juegan un papel crucial en la tecnología contemporánea, permitiendo el funcionamiento de casi todos los dispositivos electrónicos que usamos en nuestra vida diaria.

La complejidad de los chips puede variar considerablemente, desde dispositivos simples con funciones básicas hasta chips altamente sofisticados capaces de realizar cálculos complejos y procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real. Con el avance de la tecnología, los chips se han vuelto cada vez más pequeños, poderosos y eficientes en cuanto al consumo de energía.

La producción de chips es una industria globalizada y altamente competitiva, con empresas líderes en países como Taiwán, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. La demanda de chips ha crecido constantemente impulsada por la digitalización en diversos sectores como las comunicaciones, la automatización, la inteligencia artificial, la realidad virtual y el Internet de las Cosas.

Sin embargo, la producción de chips también enfrenta desafíos como la creciente complejidad de los procesos de fabricación, la dependencia de materiales y tecnologías específicas, así como cuestiones relacionadas con la ciberseguridad y la protección de la propiedad intelectual. La interrupción en la cadena de suministro de chips, ya sea por desastres naturales, conflictos geopolíticos o problemas técnicos, puede tener impactos significativos en diversas industrias y en la economía global en su conjunto.

El pasado miércoles 3, un terremoto golpeó Taiwán, país responsable del 90% de la producción de los semiconductores más avanzados del mundo. Estos chips son vitales para empresas tecnológicas, fabricantes de automóviles y diversas industrias globales.

Aunque Estados Unidos alberga gigantes tecnológicos como Apple, Amazon y Microsoft, es en Taiwán donde se concentra la producción de estos componentes vitales. El terremoto, el más fuerte en 25 años en la región, suscitó preocupaciones sobre la estabilidad del suministro de chips, llevando a algunas fábricas a suspender temporalmente sus operaciones para evaluar los daños. Afortunadamente, los informes iniciales indican que los daños fueron mínimos.

No obstante, el evento resalta el riesgo que representan los desastres naturales para la cadena de suministro de chips, lo que puede provocar impactos significativos en varias industrias. Esto se suma a las dificultades enfrentadas durante la reciente “crisis de los chips”, que afectó la producción automotriz y otros sectores entre 2020 y 2023.

¿Qué son los chips y cuál es su importancia?

Un chip es un componente diminuto hecho de material semiconductor, principalmente silicio (encontrado en la arena). Este componente contiene un circuito electrónico y se clasifica como semiconductor porque permite el paso de electricidad, aunque en menor cantidad que el cobre, por ejemplo, pero no actúa como aislante.

Al controlar el paso y la interrupción de la electricidad, los chips permiten diversas funciones en los dispositivos electrónicos, como la ejecución de comandos al presionar un botón y el almacenamiento de datos.

¿Quién depende de los chips?

Los chips no solo están presentes en teléfonos celulares, sino también en una variedad de dispositivos como tarjetas bancarias, refrigeradores, lavadoras, bombillas LED e incluso aviones. En los automóviles modernos, se utilizan miles de chips en sistemas como la computadora de a bordo, la gestión del motor y el control de navegación.

La Guerra de los Chips y la dominación de Taiwán:

Aunque Estados Unidos inventó el chip, actualmente Taiwán es responsable de la producción del 90% de los modelos más avanzados utilizados en todo el mundo. Esto incluye los chips necesarios para el desarrollo de la inteligencia artificial, que son altamente sofisticados.

La concentración de la producción de chips en Taiwán se ha convertido en un punto central de disputa política y económica entre China y Estados Unidos, reflejando la importancia estratégica de este componente en la era de la tecnología moderna.

El ascenso de Taiwán en el sector de chips comenzó en la década de 1970, cuando el país dirigió sus inversiones hacia esta industria, abandonando su base agrícola tradicional y convirtiéndose en el epicentro de la producción de los chips más avanzados del mundo.

La principal empresa del sector, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), fue fundada en 1987 y se estableció como líder mundial. TSMC suministra componentes a gigantes como Apple, responsable del iPhone, y Nvidia, que se destacó en el mercado gracias al desarrollo de chips complejos, especialmente los utilizados en inteligencia artificial.

Chris Miller, historiador y autor de “La Guerra de los Chips”, destaca que prácticamente todos los teléfonos celulares, la mayoría de las computadoras y numerosas bases de datos en todo el mundo contienen chips producidos por TSMC, que tiene la capacidad exclusiva de producirlos. Además, el 90% de los chips de procesamiento más avanzados del planeta provienen de sus fábricas.

El imperio de TSMC abarca nueve fábricas en Taiwán, con planes de expansión que incluyen una unidad en Japón y otras en Estados Unidos y Alemania. La empresa emplea aproximadamente 73,000 personas, según la revista Forbes.

Según “The New York Times”, Corea del Sur, donde se encuentra Samsung, está cerca de Taiwán en términos de capacidad de fabricación de chips. Sin embargo, los semiconductores taiwaneses siguen siendo más pequeños y rápidos que los coreanos.

El dominio de Taiwán en la producción de chips ha generado una crisis política con Estados Unidos, que ha impuesto sanciones al país “prohibiendo” la exportación de tecnología a China, argumentando que los chinos estaban buscando desarrollar armas tácticas de guerra.

El impacto de una interrupción en la producción de chips sería significativo, ya que el mercado de chips ya enfrenta una crisis que afecta a varias empresas en diferentes sectores. La pandemia de coronavirus aumentó la demanda de dispositivos electrónicos a medida que las personas comenzaron a trabajar desde casa. Al mismo tiempo, la industria automotriz redujo su demanda de chips al inicio de la pandemia, pero recuperó fuerza a finales de 2020.

Sin embargo, los fabricantes de automóviles enfrentaron dificultades para adquirir los semiconductores que necesitaban, incluidos modelos más simples de chips. En 2022, varios fabricantes se vieron obligados a detener la producción de vehículos debido a la escasez de chips.

Una encuesta de la consultora Gartner, publicada en 2021, señaló que la escasez también resultó en retrasos en el lanzamiento y la oferta de teléfonos celulares.

Según la agencia Reuters, TSMC informó la suspensión temporal del trabajo en sus fábricas después del terremoto para evaluar los impactos causados. En un comunicado enviado a la agencia NPR, TSMC mencionó que “solo un pequeño número de equipos sufrió daños en unidades específicas”, lo que resultó en un impacto parcial en las operaciones. Sin embargo, la empresa afirmó que “no hubo daños en herramientas esenciales”.

United Microelectronics Corp (UMC), rival de TSMC en Taiwán, informó que todos sus empleados estaban seguros y que sus fábricas operaban con normalidad el miércoles pasado, según informes de Reuters. Aunque algunas máquinas fueron apagadas, la empresa estaba trabajando para reiniciarlas.

NPR señaló que debido al volumen significativo de producción concentrado en el país, los analistas de mercado advierten que incluso interrupciones mínimas pueden provocar retrasos en el envío de la producción y causar pérdidas financieras de millones de dólares.