El conflicto entre Rusia y Ucrania y su impacto en la economía mundial

La estructura del comercio global, aún recuperándose de los efectos de la pandemia de Covid-19, se ha visto sacudida por el inicio del conflicto, lo que ha complicado aún más el panorama económico.

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El 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó ataques contra el territorio ucraniano, incluidos bombardeos en la capital Kiev. Este evento marcó el inicio de una nueva fase en el conflicto entre los dos países.

Desde entonces, se han producido una serie de desarrollos, incluidas reuniones y resoluciones en las Naciones Unidas, la imposición de sanciones por parte de varios países y organizaciones internacionales, amenazas de uso de armas nucleares tácticas y la anexión de más regiones de Ucrania por parte del gobierno ruso.

Estos eventos han aumentado las tensiones regionales y globales, generando preocupaciones sobre el impacto humanitario, económico y geopolítico del conflicto. La situación continúa evolucionando rápidamente, con la comunidad internacional buscando soluciones diplomáticas para contener la escalada de la violencia y encontrar una resolución pacífica al conflicto.

El impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania va más allá de los aspectos militares, afectando también el panorama económico y las inversiones en todo el mundo. La estructura del comercio internacional, que estaba recuperándose de los impactos de la pandemia de Covid-19, sufrió otro golpe con el inicio del conflicto, lo que aumentó aún más la complejidad del panorama económico.

A pesar de las incertidumbres, algunas industrias lograron mantener su estabilidad, atrayendo la atención de inversores atentos. Sectores como el petrolero y el agrícola, impulsados por una producción robusta, permanecieron estables y mostraron indicadores prometedores para las inversiones. El economista Marcello de Carvalho observa que “la economía rusa, como gran productora de petróleo, gas natural y fertilizantes, y la economía ucraniana, responsable de una parte significativa de los granos del mundo, sintieron los impactos de manera aguda, especialmente en el sector agrícola. El aumento de los costos de los insumos, los fertilizantes y los combustibles, combinado con la reducción en la oferta de granos, generó desafíos significativos.”

Según Carvalho, esta dinámica creó tanto oportunidades como desafíos para los agentes económicos. Aquellos con reservas y capacidad de expansión pudieron aprovechar el aumento de los precios de los granos. Sin embargo, para aquellos que necesitaban capitalización para expandir su producción, el panorama fue más complejo, especialmente ante las altas tasas de interés.

En cuanto a los inversores, Carvalho destaca la importancia de monitorear los activos que han aumentado en valor en los últimos dos años. “Muchos activos han visto disparar sus valores en medio del escenario de guerra”, observa. “Pero es crucial entender que pueden ocurrir cambios, y la asignación de activos que ha sido exitosa hasta ahora puede no ser la ideal. Los inversores deben estar preparados para obtener ganancias y ajustar sus estrategias según sea necesario.”

Riesgo de aumento de tensiones

Mientras el conflicto en Ucrania continúa dando forma a las dinámicas geopolíticas, la proximidad política entre China y Rusia agrega complejidad a las relaciones internacionales. Con China manteniendo el comercio con Rusia, a pesar del conflicto en curso, una alianza económica entre los dos países se ha fortalecido, convirtiéndolos en socios significativos, al menos económicamente. Esta asociación, que convierte a China en el principal proveedor de productos para los rusos, preocupa a Estados Unidos, que ven con aprensión la creciente influencia conjunta de China y Rusia.

Sin embargo, dado el papel significativo de China en la economía global, el impacto de esta alianza en las tensiones entre Estados Unidos y China es limitado. La interdependencia económica entre Estados Unidos y China actúa como un freno a las hostilidades, a pesar de las diferencias políticas.

En cuanto a la posibilidad de escalada de los conflictos, tanto en Ucrania como en el Medio Oriente, las perspectivas son diferentes. Mientras que los conflictos en Ucrania parecen más contenidos, con los principales países ya mostrando su apoyo, los conflictos en el Medio Oriente parecen estar aumentando. La región sigue siendo una fuente de tensiones, con conflictos intensificándose y antiguas disputas resurgiendo.

Así, aunque los conflictos en Ucrania pueden estar bajo control, la inestabilidad en el Medio Oriente sigue siendo una preocupación constante, con potencial para desencadenar nuevos episodios de violencia e inestabilidad, tanto en la región como más allá de ella. En este contexto, el mundo observa con cautela, consciente de los desafíos que estos conflictos representan para la paz y la estabilidad global.

Apoyo de Estados Unidos

A pesar de la duración del conflicto, Rusia mantiene superioridad militar sobre Ucrania, que depende cada vez más del apoyo internacional para mantenerse. Una posible retirada del apoyo de Estados Unidos, especialmente en caso de victoria de Trump, podría cambiar significativamente el curso del conflicto, haciendo que la situación ucraniana sea aún más difícil y facilitando las ofensivas rusas. Por lo tanto, el resultado del conflicto depende no solo de dinámicas locales, sino también de decisiones políticas internacionales. “Estados Unidos es una de las mayores potencias militares y económicas del mundo. Si su apoyo se reduce, Ucrania tendrá muchas más dificultades para mantener sus tropas abastecidas y financiar los costos de la guerra. Esto facilitaría las ofensivas rusas”, evalúa Carvalho.

Comercio global

En un mundo cada vez más polarizado y fragmentado, se cuestiona la viabilidad del acuerdo UE-Mercosur. “El aumento de la polarización hace que el acuerdo sea menos viable, pero también más necesario. Aunque las demandas pueden ser mayores, las economías necesitan facilitación en las negociaciones para promover entornos competitivos y eficientes, fundamentales para el crecimiento económico global”, señala Carvalho.

En cuanto al enfoque multilateral para el comercio global, ¿sigue siendo válido en un mundo cada vez más polarizado? A pesar de los desafío la resiliencia económica de Rusia ante la guerra en Ucrania ha sido notable, incluso frente al impacto inicial de la crisis. En 2022, durante el primer año del conflicto, el PIB de Rusia registró una caída del 1,2%, según datos oficiales. Sin embargo, los analistas del mercado observaron un escenario de recuperación en 2023, con la economía rusa mostrando un crecimiento del 3,1%. Este rendimiento sorprendente sugiere una capacidad de adaptación y resiliencia, a pesar de las adversidades enfrentadas debido al conflicto en la región.

En última instancia, el conflicto entre Rusia y Ucrania está teniendo un impacto significativo en la economía mundial, exacerbando las tensiones geopolíticas y afectando el comercio global. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue buscando soluciones diplomáticas para contener la escalada de la violencia y encontrar una resolución pacífica. En un mundo cada vez más polarizado, la cooperación multilateral y la resiliencia económica se vuelven aún más cruciales para abordar los desafíos y promover la estabilidad global.