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El Foro de las Islas del Pacífico, un evento crucial para la discusión sobre el cambio climático, se está llevando a cabo en Tonga, donde los líderes de la región y los representantes internacionales se reúnen para abordar los crecientes desafíos que enfrentan las naciones insulares debido al calentamiento global y al aumento del nivel del mar.
Durante el foro, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo un llamado urgente este martes (27), hora local, resaltando la gravedad de la situación que enfrentan las islas del Pacífico. Destacó que las temperaturas de los océanos en la región están aumentando a un ritmo tres veces mayor que el promedio global. Este aumento pronunciado está exacerbando los riesgos ambientales y humanitarios para las poblaciones locales, que están “exclusivamente expuestas” a los impactos devastadores del aumento del nivel del mar.
Guterres enfatizó que el aumento del nivel del mar amenaza directamente la existencia de estas islas, poniendo en riesgo vidas, medios de subsistencia y culturas enteras que dependen del ambiente marino. La situación es particularmente crítica para las comunidades costeras, donde las inundaciones y la erosión costera se están volviendo eventos cada vez más frecuentes y severos. Además, el aumento de la temperatura de los océanos contribuye a la destrucción de los arrecifes de coral, que son esenciales para la biodiversidad y la protección de las costas contra las tormentas.
La advertencia de Guterres busca movilizar a la comunidad internacional para tomar acciones inmediatas y más ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la financiación para adaptaciones climáticas en regiones vulnerables. Reafirmó la necesidad de un compromiso global para limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, como establece el Acuerdo de París, y destacó que el destino de las islas del Pacífico depende de la acción colectiva de todos los países.
La reunión en Tonga sirve como un recordatorio de la urgencia de la situación y de la necesidad de soluciones concretas y coordinadas para enfrentar los desafíos climáticos que amenazan el futuro de estas naciones insulares.
Guterres destacó los preocupantes hallazgos de un reciente informe que reveló la magnitud de los daños causados por el aumento del nivel del mar en el suroeste del Pacífico. Según el informe, esta región ha sido la más afectada en los últimos 30 años, con elevaciones en algunos lugares superando más del doble del promedio global.
“Estoy en Tonga para emitir un SOS global – Salvemos Nuestros Mares – sobre el aumento del nivel del mar”, declaró Guterres, llamando la atención mundial sobre la gravedad de la situación que afecta a millones de personas que viven en estas islas.
Guterres explicó que el aumento del nivel del mar está exacerbando la frecuencia y la intensidad de las tormentas e inundaciones costeras, creando una situación cada vez más insostenible para las comunidades locales. “Estas inundaciones destruyen comunidades costeras, arruinan la pesca, dañan las plantaciones y contaminan las fuentes de agua dulce”, afirmó. “Todo esto pone a las naciones de las Islas del Pacífico en grave peligro, amenazando sus economías, sus culturas y, sobre todo, su propia existencia.”
Subrayó que el impacto devastador de estos cambios no puede subestimarse y que la respuesta internacional necesita ser inmediata y eficaz para mitigar los efectos del cambio climático. Guterres pidió a todos los países que intensifiquen sus esfuerzos en la reducción de las emisiones de carbono y en la promoción de estrategias de adaptación para proteger a las comunidades más vulnerables. El Secretario General reforzó que el tiempo se está agotando para las naciones del Pacífico, y que la acción colectiva es esencial para salvar no solo los mares, sino también las vidas que dependen de ellos.
El cambio climático y los problemas de seguridad han dominado las discusiones en la reunión anual de líderes del Foro de las Islas del Pacífico, un evento de una semana que reúne a representantes de los 18 países miembros. Entre estos países se encuentran naciones formadas por atolones, como la anfitriona Tonga, que enfrentan amenazas existenciales debido al aumento del nivel del mar, y Australia, uno de los mayores exportadores de carbón del mundo.
Durante el encuentro, los líderes discuten estrategias para enfrentar los impactos del cambio climático que afectan directamente a sus poblaciones y territorios. Las naciones insulares del Pacífico, que están en la primera línea de la crisis climática, claman por acciones más rigurosas y rápidas para mitigar los efectos devastadores del aumento del nivel del mar, tormentas cada vez más intensas y otras consecuencias ambientales.
Al ser cuestionado por un periodista sobre la exportación de combustibles fósiles por parte de Australia, António Guterres reiteró su posición de que los combustibles fósiles deben ser eliminados globalmente para combatir eficazmente la crisis climática. Sin embargo, reconoció que “la situación en diferentes países es diferente” y que cada nación puede necesitar enfoques variados para lograr esta transición energética.
Guterres enfatizó que, aunque el fin del uso de combustibles fósiles es esencial para la sostenibilidad ambiental, la transición debe hacerse de manera justa y adaptada a las circunstancias específicas de cada país. Subrayó la importancia de que la comunidad internacional trabaje en conjunto para desarrollar soluciones viables y justas que satisfagan las necesidades de desarrollo económico y social, al mismo tiempo que se busca la reducción de las emisiones de carbono.
Un informe alarmante publicado este martes por la Organización Meteorológica Mundial reveló que las temperaturas del océano en el suroeste del Pacífico están aumentando a un ritmo mucho más acelerado que el observado en el resto del mundo —hasta tres veces la tasa media global. Estos datos destacan la extrema vulnerabilidad de las naciones insulares del Pacífico, que ya están enfrentando las consecuencias devastadoras del aumento del nivel del mar.
Guterres también llamó la atención sobre la ubicación geográfica de las infraestructuras esenciales de estas islas, mencionando que “la mitad de la infraestructura está a 500 metros del mar”. Esto significa que muchos de los edificios, carreteras y servicios críticos para la población están directamente amenazados por la elevación del nivel del mar y por el aumento de la frecuencia de inundaciones.
El Secretario General advirtió que, si no hay recortes significativos en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, las Islas del Pacífico podrían enfrentar un aumento adicional del nivel del mar de 15 centímetros para 2050. Además, las proyecciones indican que estas regiones podrían experimentar hasta 30 días por año de inundaciones costeras frecuentes, lo que tendría impactos catastróficos en la vida cotidiana, la economía y la seguridad de las poblaciones locales.
Este escenario dramático refuerza la necesidad urgente de acciones internacionales coordinadas para reducir las emisiones de carbono y apoyar a las naciones vulnerables en la adaptación al cambio climático. Guterres hizo un llamado para que la comunidad global reconozca la gravedad de la situación y actúe de manera decisiva para evitar una catástrofe ambiental y humanitaria inminente en las Islas del Pacífico.
Guterres destacó la necesidad urgente de fortalecer la resiliencia de estas naciones contra desastres naturales cada vez más frecuentes e intensos, causados por el calentamiento global y la elevación del nivel del mar.
En la cumbre del clima de la ONU realizada el año pasado, se aprobó un fondo de “pérdidas y daños” para ayudar a los países pobres a enfrentar los costos exorbitantes de los desastres climáticos. Esta decisión fue fruto de años de lobby y presión de grupos que incluyen a las naciones insulares del Pacífico, que están entre las más afectadas por el cambio climático. Sin embargo, Guterres enfatizó que el desafío ahora es atraer contribuciones significativas para el fondo por parte de las naciones más ricas, que tienen la responsabilidad de apoyar a los países más vulnerables.
“Los países desarrollados deben cumplir sus compromisos financieros —incluyendo el compromiso de duplicar la financiación de la adaptación a al menos 40 mil millones de dólares por año hasta 2025“, declaró Guterres. Destacó que este compromiso es crucial para garantizar que los países en desarrollo puedan implementar las medidas necesarias para protegerse contra los efectos adversos del cambio climático.
Guterres subrayó que, sin un apoyo financiero robusto y continuo, las naciones vulnerables seguirán sufriendo desproporcionadamente las consecuencias del cambio climático. Hizo un llamado para que los países desarrollados no solo cumplan, sino también amplíen sus compromisos financieros, reforzando que la lucha contra el cambio climático es una responsabilidad compartida que requiere acciones colectivas y solidarias.
El mensaje del Secretario General es claro: la comunidad internacional debe actuar ahora para garantizar que todos los países, independientemente de su riqueza o ubicación, tengan los recursos necesarios para enfrentar los desafíos climáticos y proteger a sus poblaciones y economías.